Mis tres P.
Cuando era chica me llamaba mucho la atención la respuesta de una vedette cuando alguien le preguntó qué cosas tenían más valor en su vida y ella muy seria dijo: “las tres P, por supuesto!” y enseguida agregaba: “piedras, perlas y perfumes!”. Y claro…
Más tarde encontré muy útil acordarme de otras tres P que me recomendó una amiga: plata, pasaporte y pasajes, cuando tuve la fortuna de viajar.
Hoy les quiero presentar MIS tres P. Me han servido mucho a la hora de asegurarme una alimentación saludable, que me acerque a mi peso ideal y me haga sentir BIEN.
*PLANIFICAR – los Domingos a la mañana me siento con papel y lápiz para hacer la más importante de mis listas: el menú de la semana. En base a esta lista haré las compras que necesite en el supermercado. Es importante porque en mi caso, la única manera que yo no coma lo que no debo es no teniéndolo en la alacena o la heladera. Si no está, no lo como. Le tengo cero confianza a mi fuerza de voluntad cuando se trata de evitar helados, refrescos, galletitas dulces, chips, etc. En su lugar trato de comprar snacks más saludables: frutas, galletas integrales, manteca de almendras para picar con manzanas, vegetales para comer entre horas con humus, por ejemplo. Pero todo con un plan: sólo compro cantidades para la semana y ya sé cómo lo voy a comer. Si compro fruta porque me gusta y no tengo idea cómo la comeré, seguro se va a poner fea en la frutera y yo ni la toqué! Me explico?
*PREPARAR – en la medida de lo posible, lo que pueda preparar por adelantado sé que me ayudará de dos maneras: a comer lo que compré y a ahorrar tiempo durante la semana. Así, en contenedores de vidrio con tapa guardo arroz (para acompañar un saltado de verduras con teriyaki), en otro quínoa (con la que mezclare las verduras que sobren de la “noche de tacos” del martes para una ensalada con sabor mejicano), en un bollón va la salsa para pasta y en otros contenedores va el cilantro picado, la lechuga y / o el kale lavados, una ensalada de garbanzos, etc. Si esta fresco dejaré pronta alguna sopa para ir llevando al almuerzo con ensalada durante la semana. La fruta lavada y si es necesario, picada y lista para comer, será más atractiva para todos. Lo mismo con palitos de apio, tomates cherry y zanahorias bebé…son excelentes con salsa ranch, queso crema o humus. Otro truco: fruta y verdura lista para picar en la heladera, delante de todo, a la altura de los ojos de cualquier predador hambriento que llega del trabajo y/o escuela como si hubiera ayunado un mes.
*PROPONER – en mi familia no supimos desde el principio la enorme influencia de los alimentos en nuestra salud. Ha sido un proceso largo, de ensayo y error, donde la comida en casa no siempre era la más saludable. Era lo que mamá sabía cocinar, lo que había en la heladera, lo más rápido, lo más barato, lo que los chicos habían visto en la tele y que nos ahorraba un berrinche a padres cansados de trabajar. Hoy, más experimentada, más aprendida y más interesada, me propongo cada día agregar más verduras, sacar más procesados, sustituir el azúcar y descubrir nuevos sabores. La clave está en proponer: proponer una ensalada diferente, con distintas opciones para que cada uno le ponga lo que le gusta, proponer una picada con alguna verdura nueva, proponer una sopa opcional…ojo que digo “proponer” y no “imponer”. La constancia es clave, las opciones también.
Espero que mis tres P los hayan inspirado para crear métodos de trabajo que les sirvan para ahorrar tiempo y para comer saludable y variado y que los deslices sean cada vez más esporádicos.
No se trata tanto de prohibirnos cosas sino de sustituirlas por gustos nuevos y antojos nutritivos.
Hasta la próxima!