Cambio de hábito.
La mayoría de las veces que pensamos en mejorar nuestra salud pensamos que deberíamos cambiar o mejorar nuestros hábitos. En realidad lo que queremos decir es que queremos que ciertos comportamientos saludables se conviertan en una actividad de base regular. Los hábitos son eso: pequeños pasos que damos todos los días sin mayor cuestionamiento. Estudios sugieren que casi la mitad de las actividades que realizamos a diario son hábitos! Ahí está, por ejemplo, el lavarse los dientes (quién realmente se cuestiona esta actividad? Te los lavas y punto), trancar la puerta de casa, ponerse el cinturón de seguridad en el auto, etc. etc.
La gente que estudia el comportamiento humano sugiere varias cosas a la hora de cambiar o mejorar estos hábitos:
- Repetir la actividad deseada en cuestión por un plazo de, al menos, 28 días. O sea que si lo que quieres es hacer 30 minutos de ejercicio diario, deberás plantearte realizarlo, a conciencia, por el plazo de 28 días por lo menos.
- Elegir una actividad placentera y/o gratificante, por supuesto que será más fácil. Así que si la idea es el ejercicio, plantéate moverte de la manera que más te guste y deja de lado el debate entre cardio, aeróbico, pesas o yoga…muévete! Lo importante aquí es crear el hábito…me siguen?
- Teoría del eslabón: engancha el nuevo hábito con uno que ya tengas. Si lo que quieres es hidratarte más y mejor, deja tu vaso favorito justo al lado de la cafetera. Cada mañana, antes de empezar a hacer el café (habito que ya tenías), te tomas uno o dos vasos de agua ( te aseguro te será más fácil repetirlo a lo largo del día).
- Un clavo saca otro clavo: si tienes la costumbre de llegar de trabajar y atacar la alacena en busca de un “snack”, que tal si dejamos los tenis, (zapatillas, championes?) en la puerta y te vas a dar una vuelta a la manzana? Si en lugar de revisar el Facebook antes de dormir practicas esa respiración que te enseñó tu amiga? Un buen hábito remplaza uno malo.
Una nota más: empieza suave, simple, perfil bajo y sin ambición. Describe exactamente cuál es el hábito que quieres cambiar o incorporar y cuál es el plan para llevarlo a cabo. Se dará un efecto de expansión a otras actividades y se potenciará el beneficio, pero empieza lento.
Además recuerda algo muy importante: el valor está en el camino, no en la llegada. Si hoy no te ha salido bien, no te preocupes tanto: mañana se puede hacerlo mejor.