Primavera, tiempo de limpieza en el hemisferio Norte.

La temperatura sube un poquito y en casa ya se abren las ventanas, se inicia un periodo de limpieza profunda, se lavan cortinas y ropa de cama, se mueven los muebles y se arregla el jardín. Uno diría que eso es necesario durante todo el año, sin embargo, es durante la primavera que sentimos ese impulso, no les pasa?

Con nuestro cuerpo pasa lo mismo y siguiendo la idea de Ayurveda, la primavera es tiempo de limpieza profunda. Durante el frio del invierno es probable que nuestro cuerpo nos haya pedido comida mas densa, cargada de proteínas . Comemos sopas, guisos y estofados y todos esos platos típicos que producen calor y nos hacen sentir cómodos. A medida que sube la temperatura, esas comidas calóricas ya no nos son tan atractivas y nos inclinamos por algo más liviano. Algo nos dice que, como con la casa, es hora de limpiar el sistema para sentirnos mejor.

Ayurveda propane varias formas de detox, que van desde una simple dieta de 7 a 15 dias a algo mas complejo que involucra masajes renovadores con aceites, sesiones de sauna y yoga restaurativo. Suena espectacular, pero para algunos de nosotros ese plan implica un tiempo que no tenemos, así que habrá que elegir entre todas las propuestas ayurvédicas la que mejor nos va. La idea básica es limpiar el sistema digestivo y linfático, desintoxicar el cuerpo y eliminar basura (física y mental).

Algunos sitios ayurvédicos proponen (y venden) algún que otro kit detox que incluye comer “kitchari” (arroz basmati con porotos mung) y tomar tés digestivos (Triphala) por una semana (o dos?). La idea del casi ayuno o una alimentación extra básica no es exclusiva de Ayurveda y religiones como el catolicismo, que propone austeridad en la cuaresma (en primavera en el hemisferio Norte) y el ayuno de Ramadán en la religion musulmana son ejemplos claros.

La naruraleza, religiones aparte, también nos empuja instintivamente a una limpieza corporal y Ayurveda acompaña. Propone eliminar lácteos y harinas. La enzima amilasa, encargada de digerir las harinas, se incrementa notablemente en el otoño pero disminuye bastante en la primavera . Naturalmente, la primavera es la época en la que los terneros consumen la leche materna, así que lógicamente, los humanos deberíamos reducir su consumo también (con la leche van los yogures, quesos, mantecas, etc). Era el comportamiento habitual en los tambos, antes de la industrialización de los lácteos.

La invitación es a comer más liviano, evitar azúcares refinados, comidas procesadas, bajarle a las harinas y lácteos y alimentarnos de una manera consciente y “elegida cuidadosamente”. Lo hablamos en la entrega anterior del blog: la capacidad de elegir bien (lo que comemos, lo que hacemos y las respuestas que damos) va de la mano con recuperar nuestro “centro”, manejar el estrés y el ruido cotidiano para poder pensar mejor. Entonces el yoga, la coordinación del movimiento y la respiración y la práctica asidua de alguna forma de meditación o presentismo (mindfulness) resulta indispensable para desintoxicar el sistema.

La primavera llama a revisar hábitos que ya no aportan y aprender nuevas formas de alimentarnos, de movernos, de respirar, que nos sirvan para disfrutar más (y más livianos) de una temporada que promete buen tiempo y más oportunidades de acompasar la Naturaleza.

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